Hoja de Trabajo sobre DOCTRINAS BÁSICAS para NUEVOS CREYENTES.

 

Lección 13.

 

Seguridad Eterna.

 

El Verdadero Creyente Está Salvo y Seguro En Cristo Para Siempre.

 

La Diferencia Entre Certeza y Seguridad.

 

¿Soy Un Verdadero Creyente?

 

Seguridad Eterna.

 

El Verdadero Creyente Está Salvo y Seguro En Cristo Para Siempre.

 

 


 

 

 

 

 

 

La certeza personal y el goce de mi salvación tan grande, dependen de mi conocimiento de la absoluta fiabilidad de las promesas de Dios.

 

Se cuenta la historia de un viajero occidental en los días de los pioneros, que una noche de invierno llegó a la ribera de un ancho río. Debía cruzarlo, pero no había puente. El río estaba cubierto por una capa de hielo, pero él no sabía cuán segura era. Después de alguna vacilación, cautelosamente tanteó con un pie y resistía.

Llegaba la noche y el tenía que cruzar. Con mucho temor y cuidado comenzó a gatear sobre manos y pies tratando de distribuir su peso en forma pareja sobre el incierto hielo. Después de haber avanzado lenta y penosamente alguna distancia, escuchó repentinamente el sonido de los cascos de una cabalgadura y una alegre canción. Allí, en el crepúsculo, había un hombre conduciendo animadamente sobre el hielo una carretonada de carbón, tirada por un musculoso caballo. El hombre iba cantando alegremente. Sabía que el hielo era seguro y no tenía temor.

 

Ambos hombres estaban absolutamente seguros sobre ese hielo. El hielo era grueso y sólido. Podría haber soportado fácilmente el doble del peso de la carretonada de carbón. Un hombre estaba con temor e incertidumbre, porque no sabía cuán sólido era el hielo. El otro hombre disfrutó su cabalgata a través del río congelado, porque sabía sin ninguna duda, que el hielo lo soportaría y que el fundamento bajo él era sólido y seguro.

 

Un verdadero creyente está salvo y seguro en Cristo. Ningún fundamento podría ser más sólido y seguro (1 Corintios 3:11). El problema es que algunos creyentes no están familiarizados con las declaraciones y promesas de Dios relativas a su absoluta seguridad en Cristo y, por lo tanto, no están en condiciones de disfrutar de su tan grande salvación. Estas páginas se han escrito para ayudar a tales personas. Que nuestra seguridad en Cristo sea motivo para regocijarnos grandemente:

 

“Salvo soy, Salvo soy, en la palma de SU mano”.

 

Todo creyente está seguro y salvo y protegido en Cristo, pero no todo creyente capta y entiende su salvación y seguridad como debiera. Mientras mejor comprenda cuán salvo y seguro estoy en Cristo, mayor será mi certeza y más capacitado estaré para disfrutar mi relación con Cristo.

 

Lamentablemente hay otras personas que tienen un falso sentido de seguridad. Creen que son salvos, sin embargo no lo son. Creen estar sobre suelo firme, pero están sobre arena movediza. Su situación se asemeja a la de la persona que cree que el hielo es firme y camina sobre el, solo para verlo ceder bajo sus pies y caer en las heladas aguas. Algunos tienen una falsa seguridad, porque creen que sus buenas obras les ganarán la entrada al cielo. Otros tienen una falsa seguridad, porque están confiando en algún sistema religioso para su salvación. Cualquiera que confía en cualquier cosa o en cualquier persona que no sea en Cristo y sólo en ÉL, no es salvo. Tal persona está en un gran peligro. Nuestro refugio y seguridad no debe estar en NOSOTROS, sino SOLAMENTE EN CRISTO.

 

En estas páginas veremos desde la Biblia, que un verdadero creyente está salvo y seguro en Cristo para siempre. El que viene a Cristo en busca de salvación, nunca será echado fuera (Juan 6:37). Ningún creyente verdadero se perderá jamás. Ningún creyente verdadero perderá alguna vez su salvación (Juan 6:37-40). ¿Puede alguna vez perderse un verdadero creyente (Juan 10:28)? ¡Jamás!

 

Antes de considerar nuestra eterna seguridad en Cristo y la asombrosa disposición de Dios para guardarnos, consideremos una importante e introspectiva pregunta: ¿Soy un verdadero creyente? Para ayudarle a responder esta pregunta, medite en las preguntas planteadas a continuación. Piense en cada una de manera personal y honesta. Tómese el tiempo para buscar en la Biblia los versículos que acompañan cada pregunta. Pregúntese a sí mismo: ¿En quién estoy confiando realmente para mi salvación eterna?

 

¿Soy Un Verdadero Creyente?

 

¿Me reconozco como un pecador perdido y culpable en la presencia de un Dios santo y justo

(Romanos 3:10-19,23)? ¿Reconozco que mi propio corazón es engañoso y perverso e incurablemente enfermo (Jeremías 17:9; Marcos 7:21-23)? ¿Reconozco que merezco la muerte y el infierno (Romanos 6:23)? ¿Acepto que si Dios me diera lo que merezco y me recompensara o pagara según como he llevado mi vida, yo sería destrozado (Salmo 130:3; compare Salmo 103:10)? ¿Admito que no puedo hacer absolutamente nada para salvarme a mi mismo (Tito 3:5)? ¿Comprendo que mis mejores esfuerzos para hacer buenas obras nunca me ganarán o conseguirán la entrada al cielo (Efesios 2:8-9)? ¿Me doy cuenta que ni mi iglesia ni mi sistema religioso pueden salvar mi alma (Jeremías 17:5)? ¿Estoy convencido que mi propia rectitud y mi propia virtud están lejos de la justicia que Dios requiere y demanda (Romanos 3:10-12; 1 Corintios 6:9-10)? ¿Tengo yo en y por mi mismo alguna credencial personal que sea aceptable a Dios (Isaías 64:6)?

 

¿Creo que Jesucristo es la única solución que Dios tiene para mi pecado (Hechos 4:12)?

¿Reconozco que Jesucristo es el único camino a Dios (Juan 14:6), la única puerta de salvación (Juan 10:9), el único Salvador de pecadores (Mateo 1:21), el Único que puede darme vida eterna (Juan 10:28; 17:3)? ¿Comprendo que Jesucristo es el eterno Dios (Juan 1:1-3), que vino a este mundo y se hizo hombre para salvarme (Juan 1:14; 1 Timoteo 1:15; Juan 3:17)?

¿Estoy convencido que ÉL me amó, aún siendo yo un pecador (Romanos 5:8; Juan 3:16) y que murió y resucitó para salvar mi alma (Romanos 4:25)? ¿Estoy persuadido que el Señor Jesús murió en la cruz por mis pecados y que murió en mi lugar como mi perfecto sustituto, muriendo en mi lugar, pagando completamente el total castigo por mis pecados (Isaías 53:6; 1 Pedro 3:18; 2 Corintios 5:21)? ¿Estoy confiando en ÉL y sólo en ÉL para salvarme (Hechos 16:31)? ¿He venido a ÉL con la fe sencilla de un niño (Juan 6:35,37; Mateo 11:28)? ¿He recibido personalmente por fe al Señor Jesucristo como mi Salvador (Juan 1:12)? ¿Está descansando todo mi ser en quién es ÉL (Juan 8:24), en lo que ÉL ha hecho (1 Corintios 15:3-4) y en el que ÉL ha dicho (Juan 6:47)?

 

¿Creo que ÉL es capaz de salvar completamente a todos los que por medio de ÉL se acercan  a Dios, incluso a mí (Hebreos 7:25)? ¿Creo en la declaración de Cristo que se encuentra en Juan 5:24? ¿Juan 3:16 es cierto respecto a mí? ¿Alguna vez he compartido con otros que Jesucristo es mi Salvador (Romanos 10:9-10, Mateo 10:32)? ¿Puedo decir de todo corazón:

mi esperanza se basa sólo en la en la sangre y en la justicia de Jesús? No confío en sistema alguno, sólo me apoyo en el Nombre de Cristo. En Cristo, la firme Roca estoy asentado, cualquier otro terreno es arena movediza.

 

Otra pregunta que me puede ayudar es: si yo muriese hoy y compareciese ante Dios y ÉL me preguntara: ¿“por qué debo permitirte entrar en mi cielo santo”? ¿Cuál sería mi respuesta? Si mi respuesta apunta a mí en alguna manera (mis propias credenciales, mis propias obras, mis deberes religiosos, etc.) no estoy sobre terreno sólido. Aquí hay algunos ejemplos de personas que confían en SI MISMAS:

 

“Dios debe dejarme entrar al cielo, porque durante mi vida he hecho más cosas buenas que malas”. “Dios debería permitirme entrar al cielo, porque he tratado de guardar los diez mandamientos”. “Dios debería dejarme entrar al cielo, porque soy miembro de cierta iglesia” etc. Todas estas respuestas apuntan hacia MI, pero la salvación no es mía, la salvación es del Señor.

 

Hay un solo motivo por el cual puedo ir al cielo. La respuesta apropiada es la siguiente: Iré al cielo por una sola razón. Y esta única razón es Jesucristo mi Salvador. Sin SU obra en la cruz, yo nunca podría ser salvo. Si ÉL no hubiese dado SU vida por mí, jamás podría entrar al cielo. ÉL es mi única esperanza. ÉL es la única justicia que tengo y ÉL es toda la justicia que necesito. “Gracias Señor por salvarme.”  Note que con esta respuesta nos  desentendemos de nosotros mismos y señalamos claramente hacia el Salvador y solo hacia ÉL.

 

Seguridad y Certeza.


 

Asumamos que Bob, Sally, Tom y Betty son todos salvos. Cada uno de ellos ha creído en el Señor Jesucristo (Hechos 16:31). Cada uno de ellos tiene vida eterna y es un hijo de Dios. Cada uno de ellos  pasará la eternidad en el cielo con el Señor. Cada uno de ellos está salvo y seguro en Cristo. Estos cuatro jóvenes están eternamente salvos y seguros en el Señor Jesús.

 

El problema radica en que dos de ellos no han recibido buena instrucción bíblica. No tienen certeza de su salvación basada en la Palabra de Dios (“Se que es así, porque Dios lo dijo”).

¿Cuáles son los nombres de los niños que no tienen certeza?_______________________.

 

Verdadero o Falso:

 

____________ Todo creyente está eternamente seguro en Cristo.

____________ Todo creyente tiene certeza acerca de su salvación. Todo creyente es un                                  CREYENTE QUE LO SABE.

____________ Todo creyente está salvo y seguro en Cristo.

____________ Todo creyente sabe que está salvo y seguro en Cristo.

 

En 1 Juan 5:13, Juan nos dice el motivo por el cual escribió el libro de 1 Juan. ¿Escribió este libro a creyentes o a inconversos? _______________________. Escribió este libro para que todas estas personas pudieran

 

a. sentir como que tienen vida eterna.                        Recordatorio: No olvide orar antes de estudiar la Palabra de Dios. Ver Salmo  119:18; 2 

                                                                           Timoteo 2:7. El Señor debe ser nuestro Maestro.                    

b. pensar que tienen vida eterna.                                                                                               

 

c. esperar tener vida eterna

 

d. saber que tienen vida eterna.

 

Responda estas preguntas con Verdadero o Falso:

 

_____________       Nadie puede saber si es realmente salvo (1 Juan 5:13).

_____________       Es posible que una persona SEPA que es salva.

_____________       Dios quiere que todo creyente SEPA que tiene vida eterna.

_____________       Dios quiere que todo creyente tenga certeza de su salvación.

_____________       Dios quiere que esperemos hasta que muramos para saber si somos realmente salvos.

_____________       La persona que tiene certeza de su salvación es la que piensa que es salva.

_____________       El apóstol Pablo no tenía certeza de su salvación (ver 2 Timoteo 1:12).

_____________       El apóstol Pablo sabía que si moría, iría a la presencia del Señor (Filipenses 1:21-23; 2 Corintios 5:6-8).

_____________       El apóstol Pedro no creía que los cristianos pudieran saber con seguridad si iban camino al cielo (1 Pedro 1:3-4).

_____________       Judas no estaba seguro si Dios podría realmente guardar al creyente salvo y seguro (Judas 24).

_____________       La persona que tiene certeza de su salvación es la que espera  que es salva.

 

 

Para que esa última frase sea verdadera, ¿qué palabra necesitaría remover?_____________.

¿Qué palabra colocaría en su lugar?___________.

 

Todo creyente está salvo y seguro y protegido en Cristo, pero no todo creyente entiende y sabe acerca de esta seguridad y certeza como debiera. Verdadero o Falso__________       Mientras más entienda cuán salvo y seguro estoy en Cristo, mayor será mi certeza.

 

Al estudiar la Palabra de Dios respecto a esta materia, debemos responder a dos preguntas básicas: 1. ¿Está el verdadero creyente eternamente seguro en Cristo?  2. ¿Cómo puedo saber si soy un verdadero creyente? Y si he creído verdaderamente, ¿qué evidencia de ello tendría en mi vida? ¿Cuáles son las características de un verdadero creyente?

Buscaremos la respuesta a la primera pregunta demostrando que la Biblia enseña claramente

que el verdadero creyente está eternamente seguro en Cristo.

 

Estableceremos primeramente el hecho de que un verdadero creyente está salvo y seguro en Cristo para siempre. Esta es la doctrina de la seguridad eterna. Al responder las preguntas,

por favor busque todos los versículos mencionados, aunque usted piense que sabe la respuesta sin buscar los versículos. Es importante ver exactamente lo que Dios dice y permitir que SU Palabra penetre profundamente en su corazón (Salmo 119:11; Colosenses 3:16).