El Juicio Del Gran Trono Blanco

 

Aplicación Personal

 

Las Escrituras parecen indicar que los creyentes en Cristo estarán presentes en el Juicio del Gran Trono Blanco que está descrito en Apocalipsis 20:11-15. ¿Cuáles son algunos de los pasajes bíblicos que parecen sugerir que los creyentes estarán presentes como testigos en este juicio final?

 

1) Comenzando con el rapto y de allí en adelante, tenemos la promesa, “Y así estaremos siempre con el Señor” (1 Tesalonicenses 4:17). Sabemos que el Señor Jesucristo estará presente en el Juicio del Gran Trono Blanco, porque ÉL es el Juez. ¿No estará también con ÉL Su Esposa?

 

2) En Apocalipsis 3:9 a los creyentes de la iglesia de Filadelfia se les promete que ciertos personas inconversas algún día adorarán a sus pies (Apocalipsis 3:9). En ese tiempo futuro esta gente inconversa sabrá que Cristo amó a precisamente a aquellas personas que ellos antes persiguieron. Esta es una promesa asombrosa para todo el pueblo de Dios a través de todos los siglos que han sido abusadas, perseguidas, injuriadas y atacadas por gente inconversa. Proféticamente, el único momento en que los inconversos adorarán a los pies de los santos es en el Juicio del Gran Trono Blanco. [El Juicio del Gran Trono Blanco tendrá lugar inmediatamente después de que todos los inconversos hayan resucitado de los muertos. Inmediatamente después de este juicio los no salvos serán lanzados al lago de fuego]. Aparentemente, este será también el momento en que todos los no salvos doblarán sus rodillas ante Cristo y confesarán que ÉL es Señor (Filipenses 2:9-11).

 

3) En 1 Corintios 6:2 Pablo escribe a los creyentes de Corinto y dice, “¿O no sabéis que los santos han de juzgar al mundo?” Durante la era del reino milenial, el Señor Jesús será el Juez Supremo (Isaías 33:22), pero los creyentes de la edad de la iglesia, con sus cuerpos glorificados, recibirán autoridad delegada para ejercer juicio. Se les dará la facultad de juzgar (Apocalipsis 20:4; comparar Mateo 19:28). El Señor Jesucristo será el Juez final de todos los no salvos en el Juicio del Gran Trono Blanco (Juan 5:22,27) pero, aparentemente los santos de la era de la iglesia participarán con ÉL en este juicio como testigos.

 

4) Apocalipsis 20:15 parece indicar un contraste entre aquellos cuyos nombres no se encuentran en el libro de la vida y aquellos cuyos nombres se encuentran en allí: “Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.” El hecho de que hay una gran cantidad de nombres que no se encuentran inscritos en este libro, implica que hay una gran cantidad de nombres que se encuentran allí. Los santos, si están presentes como testigos en este gran evento, representarían a aquellos cuyos nombres están inscritos en el libro de la vida del Cordero. Los sujetos de este tremendo juicio serán “los muertos” (Apocalipsis 20:12), es decir, los no salvos (todos aquellos cuyos nombres no se encuentran en el libro de la vida del Cordero).

 

5) Si los santos no se encuentran presentes ante el Gran Trono Blanco, ¿en qué otra parte pueden estar? En Apocalipsis 20:11 leemos que en el tiempo del Juicio del Gran Trono Blanco “huyeron la tierra y el cielo.” Nuestro Señor también predijo que el cielo y la tierra pasarían (Mateo 24:35). La total destrucción de los cielos y de la tierra está descrita en detalle en 2 Pedro capítulo 3. Se dice que esto sucederá el día del juicio y de la perdición de los hombre impíos (2 Pedro 3:7). Esto solo puede ser el Juicio del Gran Trono Blanco. De modo que los santos no pueden estar en la tierra y no pueden estar en los cielos, porque los cielos han pasado y han sido destruidos con fuego ardiente. Los santos no pueden estar en el cielo nuevo ni en la tierra nueva, porque estos serán creados inmediatamente después del Juicio del Gran Trono Blanco (Apocalipsis 21:1). Si los “cielos” que serán destruidos se refieren al primer y segundo cielo (el universo que conocemos), entonces el único otro lugar para los santos sería el tercer cielo. 

 

Nota: Apocalipsis 14:10 sugiere que los santos ángeles de Dios también serán testigos de la sentencia de los impíos.

 

Aplicación: Podemos imaginarnos estando presentes en el Juicio del Gran Trono Blanco como testigos de este gran evento:

 

Puedo ver como se abren los libros que condenan a los no salvos, basados en las malas obras que han hecho (Apocalipsis 20:12). Me doy cuenta entonces que yo también era culpable de algunas de esas mismas malas obras (ver Colosenses 1:21). Soy testigo de que estas personas no salvas son lanzadas al lago de fuego (Apocalipsis 20:15), y tiemblo al pensar que yo soy tan merecedor de ese castigo como ellos, y que la única razón por la cual no soy lanzado a ese lago de destrucción es el Señor Jesucristo y Su gracia. Me doy cuenta que merezco el infierno igual que ellos. Reconozco que antes era un hijo de ira (Efesios 2:2-3; Colosenses 3:6-7), culpable de muchos de esos mismos delitos y merecedor del mismo castigo impuesto a aquellos que son lanzados al lago de fuego delante de mis ojos. Se que los injustos no heredarán el reino de Dios, y esto incluye a los fornicarios, idólatras, adúlteros, homosexuales, ladrones, avaros, borrachos y cosas semejantes (1 Corintios 6:9-10). Y entonces las palabras de Pablo “Y esto erais algunos de vosotros” (1 Corintios 6:11) me recuerdan que antes yo también era injusto, culpable de serios delitos en contra de Dios, merecedor de ser excluido del reino y destinado a las tinieblas de afuera y al tormento eterno.

 

En estos momentos actuales tenemos una idea muy vaga de lo que significa haber sido librado de la ira venidera. Pero en ese día nos daremos cuenta cabal de que somos deudores. Cuando este mundo haya pasado y estemos en gloria junto con Cristo viendo el final de la historia, entonces nos daremos cuenta de lo mucho que le debemos.