¿Por Quién Murió Cristo?

 

Una Defensa de la Expiación Ilimitada

 

 

 

 

Un Análisis de Pasajes Clave de las Escrituras

 

2 Pedro 2:1

 

 

“Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los RESCATÓ, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina.”

 

Este notable versículo declara que el Salvador pagó el precio de la redención hasta para los que, por negar a Cristo, serán destruidos en el infierno. La palabra “rescató” es la misma palabra que se encuentra en 1 Corintios 6:20 y 7:23 traducida como “compró”. De modo que en el infierno habrá incrédulos que, mientras estaban en la tierra, negaron al Cristo “que los compró.” ÉL pagó el precio por sus pecados, aunque ellos no se beneficiaron personalmente de este pago. Por cuanto ellos rechazaron a Cristo, Su obra en la cruz nunca fue puesta a la cuenta de ellos.

 

Nada, pecador, puede ser más claro que ésto,-- Jesucristo te compró con Su preciosa sangre; ÉL pagó el precio de Su sangre por tu liberación. Pero esto no significa necesariamente que tú serás libertado. Tu puedes, a pesar de todo, hundir el puñal de la incredulidad en tu propia alma, y “atraer sobre ti mismo destrucción repentina.”  Si tu pereces, sin embargo, serás un suicida, --el asesino de tu propio espíritu. El precio ha sido pagado por ti, la sangre fue derramada por ti, la obra fue consumada por ti, la justicia fue cumplida por ti, la gloria está esperando por ti; pero está en ti si creerás o no creerás todo esto y el amor de Dios envuelto en ello, o si lo considerarás todo como una “maraña de visiones sin fundamento”, efectuando a la fuerza tu propio asesinato y condenación. Cuídate de “no negar al Señor que te compró”.

 

 

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