Los Peligros de la TEOLOGÍA REFORMADA |
Introducción
Las Escrituras nos dicen “examinadlo todo (verificar todo
por
Un estudio breve como éste, difícilmente podrá hacer
justicia a los grandes temas bíblicos y teológicos involucrados. Considerando
ésto, hemos referido al lector a otra literatura que trata estos temas con
más detalle. A través de este estudio
hemos provisto enlaces a otros estudios pertinentes. Con la excepción
de los libros escritos por otros autores, la literatura mencionada en este
escrito puede ser pedida a: Tel. (860) 346-0907 |
Antes de exponer algunos de los peligros doctrinales de la
Teología Reformada, consideremos algunos aspectos positivos de este movimiento.
Consideremos los siguientes puntos fuertes:
1. La Biblia (66 Libros) es
considerada la única regla de fe y práctica. Los que son de la Tradición
Reformada tienen gran reverencia y respeto por la Palabra de Dios y
generalmente tienen en alta estima la inspiración, insistiendo que la Biblia es
totalmente sin error de ninguna especie. ¡Que todos nosotros seamos contados
entre aquellos que tiemblan ante la Palabra de nuestro Dios (Isaías 66:2)! La Inerrancia de la
Biblia.
2. A la justificación por fe es dada
el lugar que corresponde, como también a otras grandes doctrinas de la Reforma,
como el Sacerdocio Universal de los Creyentes
y la Sola y Suprema Autoridad de las Escrituras. Solo podemos dar gracias a
Dios que estas grandes verdades fueran re-descubiertas y traídas a la luz por
los primeros reformadores.
3. La GRACIA DE DIOS es exaltada como
corresponde. Conociendo la depravación del corazón humano, los hombres Reformados
han expresado profunda gratitud por la asombrosa y superabundante gracia de
Dios que puede alcanzar al más grande de los pecadores. Cada creyente debe
unirse a ellos en el gloriarse en nuestro misericordioso y bondadoso Salvador y
en el regocijarse en Su gracia soberana. Salvos sólo
por Gracia.
4. Por causa de su énfasis en la
depravación del hombre y en la gloria y soberanía de Dios, los de Tradición
Reformada tienden a tener un énfasis CENTRADO EN DIOS y no un énfasis
humanístico, centrado en el hombre, que es tan común hoy en día, incluso en el
mundo evangélico. Su teología tiende a rebajar al hombre pecador y a exaltar al
Dios de toda gloria. Corresponde hacerlo así “porque de ÉL y por ÉL, y para ÉL
son todas las cosas. A Él sea la gloria por los siglos. Amén” (Romanos
11:36). La
Gloria de Dios—La Prioridad de Dios.
5. Los que pertenecen a la Tradición Reformada
tienen usualmente un sano temor de Dios y una gran aversión al pecado. También
tienen un respeto reverente por las normas morales absolutas de Dios,
especialmente como se han dado a conocer en los Diez Mandamientos. “Sino como
aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera
de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo” (1 Pedro
1:15-16).
6. La Teología Reformada puede
reclamar a su haber a algunos hombres notables y piadosos que deben ser
reconocidos y que demandan nuestro respeto. Ellos han sido diligentes en el
estudio de la Palabra de Dios, de lo cual todos podemos beneficiarnos. Estos
hombres han tratado de señalar hacia Dios y hacia Su Palabra al operar en esta
era de gracia. En la medida en que estos hombres han imitado a Cristo, en esa
medida podemos imitarlos a ellos (1 Co.11:1).
7.
Los que pertenecen a la Teología Reformada han sido muy exitosos en
dar a conocer sus puntos de vista. No lo han hecho tanto por medio de las
iglesias locales, sino por medio de la literatura. Los escritores Reformados
han inundado el mercado de los libros cristianos. Una gran mayoría de los
libros teológicos y comentarios bíblicos están escritos desde la perspectiva
Reformada. Los primeros dispensacionalistas como Darby, Kelly y Ironside usaron la pluma de manera poderosa y
produjeron volúmenes de libros que exaltan a Cristo, pero los
dispensacionalistas tardíos han fallado en seguir pasando la antorcha de la
misma manera. Por ejemplo, ningún dispensacionalista actual ha llegado ni cerca
de la cantidad ni calidad de trabajo que ha realizado el escritor reformado
William Hendricksen (ahora con el Señor) en sus Comentarios del Nuevo Testamento (aunque D. Edmond Hiebert, un
querido siervo del Señor ha hecho significativas contribuciones en esta área).
R.C. Sproul parece publicar un libro nuevo todos los meses. La mayoría de las personas
convertidas a la Teología Reformada admitirán que fueron llevadas a abrazar
esta posición como resultado de leer ciertos libros. Aunque no estamos de
acuerdo con todo lo que escriben, reconocemos que ellos han sido diligentes en
dar a conocer su posición por medio de la página escrita. (Es interesante que muchos hombres reformados fueron
convertidos a Cristo por medio de dispensacionalistas y que luego se volvieron
a la Teología Reformada por los escritores Reformados. por ejemplo, John
Gerstner escribió un libro atacando a los dispensacionalistas, pero él admite,
“Creo que mi conversión fue el resultado del testimonio de un
dispensacionalista” (Wrongly Dividing the
Word of Thruth, p.1).
Ciertamente, hay mucho que es recomendable en el movimiento
Reformado. Estos siete puntos (más podrían agregarse) están, por cierto, a su
favor. En general, ha sido un movimiento que honra a Dios, que ha predicado a
Cristo, que detesta el pecado, reconoce que Dios gobierna desde Su trono
soberano y proclama la gloriosa doctrina de la justificación por gracia por
medio de la fe de acuerdo a las Escrituras. ¡Que estas cosas también puedan
decirse de nosotros!
Con todo el debido respeto por este movimiento, los
hombres de este movimiento y los frutos de este movimiento, es nuestro
propósito alertar a los creyentes contra los problemas doctrinales y los
peligros de la Teología Reformada. Al hacer ésto, sin embargo, deseamos
subrayar que no consideramos a los hombres reformados como enemigos, sino como
hermanos en Cristo, y que de muchas maneras los tenemos en alta estima.
Esperamos que esto sea recordado a medida que el lector considere los
siguientes puntos en los cuales diferimos con los de la Tradición Reformada.
Manteniendo en
Equilibrio
Los creyentes están siempre en peligro de fallar en mantener
en equilibrio la verdad de Dios. Los cristianos yerran a menudo cuando tratan
de limitar la verdad de Dios, encerrándola en sistemas teológicos humanos. C.H.
Mackintosh hizo la siguiente observación:
Dios no se ha limitado a Sí Mismo
dentro de los estrechos límites de cualquier escuela de doctrina— alta, baja o
moderada. ÉL se ha revelado a Sí mismo. Él ha dado a conocer los
profundos y preciosos secretos de Su corazón. Él ha desplegado Sus eternos
consejos en cuanto a la Iglesia, Israel, los gentiles y la vasta creación. Los
hombres bien podrían tratar de aprisionar el océano en baldes hechos por ellos,
como para circunscribir la amplia gama de revelación divina dentro de
inadecuados compartimientos de sistemas doctrinales humanos. Esto no puede
hacerse y no debería intentarse. Es mejor dejar de lado los sistemas teológicos
y las escuelas de divinidad y acercarse como un niño a la fuente eterna de la Santa
Escritura y beber allí las enseñanzas vivas del Espíritu de Dios. (The Mackintosh Treasury, “One sided Theology,” p 605).
En otro lugar Mackintosh dice ésto:
Querido amigo, tu dificultad es
ocasionada por la influencia de una teología desequilibrada (calvinismo
extremo) – un sistema que solo puede compararse con un pájaro que tiene una
sola ala o un bote con un remo. Cuando nos volvemos a las sagradas páginas de
la Palabra de Dios, encontramos LA VERDAD, no un lado de la verdad, sino toda
la verdad en todos sus aspectos. Encontramos, lado a lado, la verdad de la
soberanía divina con la responsabilidad humana. ¿Hemos sido llamados a
reconciliar a ambos? No, ya están reconciliados porque ambos están expresados
en la palabra. Debemos creer y obedecer. Es un error fatal cuando los hombres construyen
sistemas de divinidad. No puedes sistematizar la verdad de Dios como tampoco
puedes sistematizar a Dios Mismo. Abandonemos pues todos los sistemas de
teología y las escuelas de divinidad, y tomemos la verdad. (C.H. Mackintosh, Short Papers on Scripture Subjects, Vol 2 p.267).
Por la gracia de Dios, sigamos la verdad de
*** ****** ***