Los Peligros de la Teología Reformada |
El Peligro de Enseñar que Cristo
Murió sólo por los Elegidos
____________________________________
Esto
se conoce comúnmente como la creencia en una “expiación limitada” (algunos
hombres Reformados prefieren llamarla “expiación determinada”). Es la enseñanza
de que Cristo murió en la cruz y pagó la pena solamente por los pecados de los
elegidos. EL no murió por aquellos que finalmente terminarán en el lago de
fuego. Muchas veces se formula como sigue: “Cristo murió por todos los hombres
SIN DISTINCIÓN, pero ÉL no murió por todos los hombres SIN EXCEPCIÓN”. Este es
un sutil juego de semántica que les posibilita decir que ÉL murió por todos,
sin querer decir realmente que ÉL murió por todos. Lo que ellos quieren decir
en realidad es que Cristo murió por toda clase de gente y por gente
de toda condición, pero que ÉL no murió por cada individuo en
particular. Es decir, ÉL murió por judíos y gentiles, ricos y pobres, esclavos
y libres, hombres y mujeres, etc., pero se entiende que ÉL murió solo por los
judíos y gentiles elegidos, sólo por los ricos y pobres elegidos, etc.
El
Dr. Paul Reiter ha resumido en forma clara y simple la enseñanza de las
Escrituras sobre esta materia. ¿POR QUIÉN MURIÓ CRISTO?
ÉL MURIÓ
1.
Por todos (1 Ti.2:6; Isaías 53:6)
2.
Por cada hombre (He.2:9)
3.
Por el mundo (Juan 3:16)
4.
Por los pecados de todo el mundo (1 Juan 2:2)
5.
Por los impíos (Rom.5:6)
6.
Por falsos maestros (2 Pedro 2:1)
7.
Por muchos (Mateo 20:28)
8.
Por Israel (Juan 11:50-51)
9.
Por la Iglesia (Efesios 5:25)
10.
Por “mí” (Gálatas 2:20).
Es evidente que el Calvinista extremo tiene
que ignorar el lenguaje claro y el sentido obvio de muchos pasajes y que tiene
que forzar las Escrituras y adaptarlas a su modelo teológico. La expiación
limitada puede parecer lógica y razonable, pero la verdadera prueba es ésta: ¿ES
BÍBLICA? “¿Qué dicen las
Escrituras?” (Rom. 4:3). Con una fe sencilla, como la de un niño, debemos dejar
que la Biblia diga simplemente lo que dice.
Los
que promueven esta doctrina errónea tratan de decirnos que “mundo” realmente no
significa “mundo” y que “todos” realmente no significa “todos” y que “todo
hombre” realmente no significa “todo hombre” y que “todo el mundo” realmente no
significa “todo el mundo”. Se nos dice que versículos tan sencillos como Juan
3:16 e Isaías 53:6 no deben entenderse como los entendería un niño,
sino como los entendería un teólogo. Es decir, debemos reinterpretar esos
versículos a la luz de nuestro sistema teológico.
La
verdadera doctrina de la expiación podría expresarse como sigue:
Las Escrituras enseñan que el sacrificio del Cordero de Dios involucró
el pecado del mundo (Juan 1:29) y que la obra de redención del Salvador (1
Ti.2:6; 2 Pedro 2:1), de reconciliación (2 Co.5:19) y de propiciación (1 Juan
2:2), fue por todos los hombres (1 Ti. 4:10), pero que la obra de la cruz de
Cristo es eficaz y válida y aplicable solamente para quienes creen (1 Ti.4:10;
Juan 3:16). Podríamos decirlo de una manera aún más sencilla: “La muerte de
Cristo fue SUFICIENTE PARA TODOS pero es EFICIENTE solo para quienes creen”. La
obra de la cruz de Cristo no es limitada, pero la aplicación de esa obra
por la operación del Espíritu Santo está limitada sólo para los creyentes.
El Calvinista extremo diría que la cruz fue designada
sólo para los elegidos y que no tenía propósito para los “no-elegidos” (los
incrédulos persistentes). Pero la muerte del Hijo de Dios tenía una intención y
un propósito divino para ambos grupos. Para los elegidos, la intención de Dios
era salvación de acuerdo con Su propósito y gracia en Cristo Jesús desde antes
de la fundación del mundo (2 Ti.1:9; 2 Ts.2:13). Para los incrédulos, el
propósito y la intención es dejar al incrédulo sin excusa. Los hombres
son CONDENADOS porque han rechazado la Persona y la OBRA de Jesucristo y
rechazaron el único remedio de Dios para el pecado (Juan 3:18; 5:40). Los
incrédulos nunca podrán decir que no se hizo provisión para su salvación y que
no les fue ofrecida. Jamás podrán estar antes Dios y decir, “La razón por la
cual no soy salvo es porque Cristo no murió por mí”. No, la razón por la cual
no son salvos es porque rechazaron a Aquel que murió por ellos y que es el
Salvador de todos los hombres (1 Ti.4:10). Están sin excusa.
Este no es un asunto meramente académico. Es
extremadamente práctico. Afecta el corazón mismo del evangelio y su
presentación. El evangelio que predicaba Pablo a la gente no salva de Corinto
era este: “Cristo murió por nuestros pecados” (1 Co.15:3). ¿Tenemos
realmente un evangelio de buenas
nuevas para todos los hombres (comparar Lucas 2:10-11)? Al predicar el
evangelio, ¿qué podemos decir a una persona no salva? ¿Podemos decir, “mi
amigo, el Señor Jesucristo murió por ti? ¿ÉL pagó el castigo por tus pecados? ¿ÉL
murió como tu Sustituto”?
Un escritor Reformado dijo ésto:
Pero los consejeros, como cristianos, están obligados
a presentar las demandas de Cristo. Tienen que presentar las buenas nuevas que
Cristo Jesús murió en la cruz en lugar
de los Suyos, que Él llevó la
culpa y sufrió la pena por sus pecados. ÉL murió para que todos los que el
Padre le dio vengan a ÉL y tengan vida eterna. Como un cristiano reformado,
el escritor cree que los consejeros no pueden decir a un aconsejado no salvo que
Cristo murió por él, PORQUE ELLOS NO PUEDEN DECIR ESO. Nadie sabe,
excepto Cristo Mismo, quienes son Sus elegidos por quienes ÉL murió (énfasis
añadido). [Jay Adams, Capacitado para Orientar).
Como ha dicho C.H. Mackintosh, “Un discípulo de la
alta escuela de doctrina (calvinismo extremo) no oirá un evangelio mundial- un
evangelio del amor de Dios por el mundo—de buenas noticias para toda criatura
bajo el cielo. El tiene un solamente mensaje para los elegidos”.
¿Cómo podemos ofrecer sinceramente a los hombres algo
que no ha sido provisto para ellos? ¿Cómo podemos ofrecerles un don gratuito,
si el don no ha sido adquirido para ellos? ¿Cómo podemos instarles a beber de
la fuente de vida, si el agua no ha sido provista para ellos? ¿Cómo podemos
decirles que sean salvos, si el Señor Jesucristo no ha provisto para su
salvación? ¿Cómo podemos decirla a una persona, “Toma la medicina y serás
sanado” si no hay medicina para tomar y no hay sanidad provista? W. Lindsay
Alexander explica: “Sobre este supuesto (el de una expiación limitada), las invitaciones
y promesas generales del evangelio no tienen una base adecuada, y parecen ser
una mera burla, en breve, una oferta de algo que no ha sido provisto”. [W. Lindsay
Alexander, Un Sistema de Teología
Bíblica].
Si el predicador Reformado fuera realmente honesto en
cuanto a ésto, el debería predicar su “evangelio” dentro de estas líneas:
“Quizás
Cristo murió por ti”.
“Quizás
Dios te amó tanto”.
“Cristo
derramó Su sangre por ti, quizás”.
“La
salvación ha sido provista para ti, tal vez”.
“Posiblemente
Dios encomienda Su amor hacia ti”.
“Esperamos
que ÉL sea la propiciación por tus pecados”.
“Es
posible que Cristo muriera como tu Sustituto”.
“Tal
vez te traiga buenas noticias”.
“Es
posible que Cristo muriera por ti. Si llegas a ser salvo, sabremos que ÉL murió
por ti, pero si continúas rechazándole, entonces ÉL no murió por ti”.
“Cristo
murió por ti solamente si tú crees que ÉL murió por ti (demostrando que eres un
escogido), pero si no crees esto y continúas en tu incredulidad hasta el día de
tu muerte, entonces Cristo no murió por ti”.
Los que sostienen una expiación limitada o determinada
no presentan el evangelio de esta manera, pero ¿una presentación así, no sería
consistente con su teología? ¿No sería esta una manera correcta y prudente y
sincera de compartir el evangelio? Un calvinista extremo debe ser muy cuidadoso
de como presenta la obra de la cruz de Cristo a una persona no salva, porque
nunca puede estar realmente seguro si Cristo proveyó salvación para esa
persona. Como ha dicho Robert Lightner, “Creer en una expiación limitada
significa que las buenas nuevas de la gracia salvadora de Dios en Cristo no
puede ser personalizada. Los que sostienen tal posición no pueden decirle a una
persona a la que están testificando que Cristo murió por ella porque esa
persona puede, de hecho, ser alguien por quien Cristo no murió”. [Esta cita es
de un artículo de Robert Lightner del libro, Walwoord: A Tribute, p.166].
John Bunyan hizo la siguiente observación: “La oferta
del Evangelio no puede, con el permiso de Dios, ser ofrecido más allá de la
muerte de Cristo, porque si es quitada, no hay en realidad Evangelio ni gracia
(Bunyan’s Works). En otras palabras,
¿cómo puedes ofrecer a alguien el Evangelio si no sabes acaso Cristo murió por
esa persona? ¿Cómo podemos ofrecer a un pecador algo que no ha sido provisto?
Como dijo Lightner, “Ningún axioma parece más cierto que si una salvación es
ofrecida, eso implica que la salvación ha sido provista”. [Robert Lightner, The
Death Christ Died, p.114).
Boettner dice: “Redención universal significa
salvación universal” (citado por Lightner, The Death Christ Died, p.96). El
Calvinismo extremo sostiene que Cristo tiene que salvar a todos por quienes ÉL
murió. Ellos razonan así: si Cristo murió por todos, entonces todos tiene que
ser salvos”. Pensemos en la lógica de tal razonamiento. Esto sería como decir,
“si la medicina está al alcance de todos, entonces todos tienen que ser
sanados”. Obviamente que esto es falso. La medicina, aunque esté disponible, no
hará ningún, bien a menos que sea tomada. “Hay más que suficiente agua fresca
para toda persona sedienta en el pueblo”. ¿Significa ésto que toda persona en
el pueblo tendrá su sed aplacada? Sólo si cada persona bebe. Tenemos que hacer
una diferencia entre la redención realizada y la redención aplicada.
Para un estudio más detallado sobre la extensión de
la expiación ver ¿Por quién murió Cristo?—Una
Defensa de la Expiación Ilimitada y La Obra
de Cristo en la Cruz— ¿Es Limitada o Ilimitada? |
*** ****** ***