Los Peligros de la

 

TEOLOGÍA REFORMADA

 

 

 

El Peligro de No Entender la Biblia en su

Sentido Literal Normal

 

 

La Biblia tiene que ser interpretada literalmente, que es la manera en que el lenguaje es entendido normal y naturalmente. Reconocemos que los escritores de la Biblia usaron con frecuencia un lenguaje figurado, lo cual es una manera normal y vívida de describir la verdad literal. La Biblia debe entenderse a la luz del uso normal del lenguaje, el uso común de las palabras, el trasfondo histórico y cultural, el contexto del pasaje y la enseñanza general de la Biblia (2 Timoteo 2:15). Lo más importante es que el creyente tiene que estudiar la Biblia en total dependencia del ESPÍRITU DE VERDAD, cuyo ministerio es revelar a Cristo e iluminar las mentes y los corazones de los creyentes (Juan 5:39; 16:13-15; 1 Co.2:9-16). El hombre natural, no regenerado, no puede entender o interpretar correctamente la Palabra de Dios. Las cosas de Dios son locura para él; él no las puede entender (1 Co.2:14), y su mente está cegada (Romanos 3:11; 2 Corintios 4:3-4).

 

Dios quiere decir lo que dice y dice lo que quiere decir. Dios no nos ha dado Su Palabra para engañarnos o para embaucarnos. ÉL espera que recibamos con la fe sencilla de un niño lo que Él ha dicho. Debemos tomarlo simplemente por Su Palabra.

 

La Teología Reformada ha abandonado la interpretación literal en tres áreas clave:

 

1) La Profecías del Reino

 

No se pueden leer las grandes profecías de la Biblia que se encuentran en Isaías, Jeremías, Daniel, Ezequiel y en todos los demás profetas sin enfrentarse cara a cara con descripciones asombrosamente detalladas de un futuro reino cuando el Mesías gobierne en Jerusalén. ¿Cómo podemos ignorar tales profecías? ¿Cómo podemos decir orgullosamente que esas predicciones nunca se cumplirán literalmente? ¿Estaban equivocados los profetas? ¿Se anularon de alguna manera sus predicciones? ¿Por qué se niegan los hombres reformados a entender estas profecías del reino en su sentido literal normal?

 

2) Las Profecías de la Gran Tribulación y de la Segunda Venida

 

Muchos hombres Reformados se han unido hoy al campo preterista. Ellos creen que la mayoría o todas las profecías ya se han cumplido en el pasado, especialmente en conexión con la destrucción de Jerusalén en el año 70 D.C. Ellos aseguran que esas grandes profecías sobre la gran tribulación y la segunda venida de nuestro Señor no son FUTURAS, sino que ya se han CUMPLIDO. Ellos aseguran que esos grandes eventos proféticos ya han sucedido. ¿Qué de la Gran Tribulación? Ellos dicen que ya tuvo lugar, en el año 70 D.C. ¿Qué de la segunda venida del Señor? Ellos dicen que ya tuvo lugar, en el año 70 D.C.

 

Este enfoque es el resultado de una interpretación no-literal de la profecía. La Biblia dice muchas cosas acerca de cuando el Señor venga en Su reino. Considere lo siguiente y nótese cómo contradice completamente la noción de que Cristo vino en Su reino en el año 70 D.C.:

 

1. Cuando Cristo venga en Su reino, ÉL volverá a la tierra y será visto por todo ojo (Mateo 24:25-30 y Apocalipsis 1:7).

 

Esto no sucedió en el año 70 D.C. En el año 70 D.C Cristo no fue visto por nadie.

 

2. Cuando Cristo venga en Su reino, el pueblo judío será reunido de toda nación de la tierra y será llevado a su tierra prometida (Mateo 24:31; Jeremías 16:14-15; Isaías 43:5-7; Jeremías 23:7-8, Jeremías 31:7-10; Ezequiel 11:14-18, Ezequiel 36:24).

 

Esto no sucedió en el año 70 D.C. En vez de ser reunidos, los judíos fueron muertos y esparcidos.

 

3. Cuando Cristo venga en Su reino, no habrá guerras en la tierra (Isaías 2:4; Miqueas 4:3; Salmo 46:9; Zacarías 9:10).

 

Esto no sucedió en el año 70 D.C. El año 70 D.C. fue un tiempo de feroces guerras llevadas a cabo por el poderoso ejército romano.

 

4. Cuando Cristo venga en Su reino, el reino será restaurado a Israel (Hechos 1:6) y el Mesías se sentará en el trono de David que estará localizado en Jerusalén (Isaías 9:7; Jeremías 17:25; 23:5-6; 33:15; Oseas 3:4-5; Amós 9:11-15; Lucas 1:32-33).

 

Esto no sucedió en el año 70 D.C. En el año 70 D.C. Jerusalén fue destruida, el templo fue destruido y ningún Rey del linaje de David estaba reinando en el trono.

 

5. Cuando Cristo venga en Su reino, será un tiempo de gran liberación y de gran bendición para el pueblo judío (Jeremías 30:7-9; Ezequiel 34:25-31).

 

Esto no sucedió en el año 70 D.C., que fue un tiempo de gran juicio sobre el pueblo judío que algunas décadas antes había rechazado y crucificado a su Mesías (aunque algunos judíos habían creído en ÉL).

 

6. Cuando Cristo venga en Su reino, el santuario de Dios (Su templo) estará en medio de Su pueblo (Ezequiel 37:26-28; Ezequiel 40:5-43:27).

 

Esto no sucedió en el año 70 D.C., porque fue entonces que el templo judío fue destruido, con el resultado de que los judíos no tienen ningún templo.

 

7. Cuando Cristo venga en Su reino, habrá un sacerdocio operando en el templo y se ofrecerán sacrificios de animales (Ezequiel 44:1-46:24).

 

Esto no sucedió en el año 70 D.C., porque cuando los romanos destruyeron el templo ellos pusieron fin a la función del sacerdocio y ellos pusieron fin a los sacrificios de los animales.

 

8. Cuando Cristo venga en Su reino, “los judíos poseerán y se establecerán en la tierra prometida y será subdividida nuevamente entre las doce tribus. Pero esta división tribal será diferente de la descrita en el libro de Josué” (Arnold Fruchtenbaum, Footprints of the Messiah, p.328). La descripción de la ubicación de todas las doce tribus durante el reino está descrita en Ezequiel 47:13-48:29. Siete tribus estarán situadas al norte del templo (Ezequiel 48:1-7) y cinco tribus estarán situadas al sur del templo (Ezequiel 48:23-29).

 

Esto no sucedió en el año 70 D.C. Después de la destrucción de Jerusalén por los romanos, los judíos sobrevivientes fueron esparcidos a través del mundo hasta el siglo 20, cuando un pequeño remanente regresó a la tierra de Israel y un estado judío fue establecido.

 

9. Cuando Cristo venga en Su reino, habrá un mensaje de buenas nuevas que será declarado a Jerusalén (Isaías 52:7-10). Este mensaje consistirá de los siguientes elementos: 1) Las buenas nuevas de paz; 2) Las buenas nuevas de     que el Mesías reina en Sión; 3) Las buenas nuevas de que Dios ha consolado a Su pueblo; 4) Las buenas nuevas de que Dios ha redimido a Jerusalén.

 

Esto no sucedió en el año 70 D.C. En el año 70 D.C. solo había malas noticias para el pueblo judío. Fueron las malas nuevas de juicio y destrucción y ruina y muerte, no la buenas nuevas de consuelo y paz.

 

10. Cuando Cristo venga en Su reino habrá gozo y alegría (Isaías capítulo 35). Este gozo y esta alegría será el resultado de las siguientes condiciones: 1) el desierto florecerá (versículo 1-2, 6-7); 2) el Mesías vendrá a libertar a Israel (v.3-4); 3) Los que sean cojos o ciegos o sordos serán sanados (v.5-6); 4) los animales salvajes ya no serán un problema (v.9); 5) será un tiempo de gran alegría (v.10).

 

Esto no sucedió en el año 70 D.C. En el año 70 D.C. los judíos que tuvieron la fortuna de sobrevivir a la invasión romana, no tuvieron gozo y alegría, sino solamente dolor y suspiros (comparar Isaías 35:10).

 

3) Los Pasajes que hablan del Alcance de la Expiación de Nuestro Señor

 

Otro ejemplo del abandono de la interpretación literal de los hombres Reformados es su interpretación teológica cuando se trata de la pregunta, ¿POR QUIÉN MURIÓ CRISTO?

 

Los hombres Reformados están de acuerdo que se usan términos universales para describir a aquellos por quienes Cristo murió. ¿Cómo deben entenderse estos términos universales? Los que se adhieren a una expiación limitada nos dicen que “mundo” (Juan 3:16; 2 Co.5:19; Juan 6:51) no significa realmente “mundo” y que “todo el mundo” (1 Juan 2:2) realmente no significa “todo el mundo”. Ellos insisten además que “todos” (1 Timoteo 2:6) realmente no significa “todos”, que “todos los hombres” (1 Timoteo 2:4) realmente no significa “todos los hombres”, que “por todos” (Hebreos 2:9) realmente no significa “por todos” y que “todos nosotros” (Isaías 53:6) realmente no significa “todos nosotros”.

 

Sir Robert Anderson ha escrito lo siguiente: Durante los primeros años de mi vida cristiana yo estaba muy confundido y afligido por la suposición de que las simples y llanas palabras de Escrituras tales como Juan 3:16; 1 Juan 2:2; 1 Timoteo 2:6 no eran ciertas, salvo en un sentido misterioso que sólo era entendido por los iniciados. Porque, se me había dicho, la predominante verdad de la soberanía divina en la elección, impedía tomarlas literalmente. Pero hace medio siglo, un amigo de esos días --el finado Dr. Horatius Bonar—me libró de este extrañamente prevaleciente error. El me enseñó que verdades pueden parecernos irreconciliables solamente porque nuestras mentes finitas no pueden entender al Infinito: y que nunca debemos permitir que nuestra pobre comprensión de los eternos consejos de Dios impidan la incuestionable fe en las palabras de las Sagradas Escrituras”. [Del  prefacio del libro de Anderson ‘Forgotten Truths(Grand Rapids Kregel Publications, 1980), preface].

 

Los dispensacionalistas se han esforzado en seguir la siguiente regla de interpretación bíblica: Cuando el sentido llano tiene un buen sentido, no busques otro sentido, no sea que resulte en un sinsentido. Pero otros han abandonado el enfoque literal cuando se trata de ciertas áreas de las Escrituras. Los redencionistas limitados, por ejemplo, parecen haber seguido otra regla: Cuando el sentido llano contradice nuestro sistema teológico, busca otro sentido no sea que terminemos contradiciendo nuestro particular sistema de Calvinismo.

 

Hace más de trescientos años Richard Baxter escribió lo siguiente:

 

Cuando Dios nos dice, con toda la sencillez posible, que Cristo murió por todos y que gustó la muerte por todo hombre, los hombres lo negarán y, con ese fin, torcerán el sentido llano de las palabras, simplemente porque no pueden ver cómo esto puede reconciliarse con Cristo condenando a hombres y con Su especial amor hacia Sus elegidos. No es difícil ver la justa y equilibrada coherencia. Pero, ¿y si tu no puedes ver cómo concuerdan dos verdades del Evangelio? ¿Negarás entonces una de ellas, cuando ambas son evidentes? ¿No es un gran orgullo preferir tu propio entendimiento antes de la sabiduría del Espíritu de Dios, que ha inspirado las Escrituras? ¿No debería un hombre humilde decir más bien, sin duda que ambas son verdad, aunque yo no pueda reconciliarlas? De modo que otros negarán estas llanas verdades, porque ellos piensan que todos por quienes Cristo murió están ciertamente justificados y salvados; porque por quienquiera que Él muriera y satisficiera la justicia, Él les proveería de fe para creer en Él; Dios no podría castigar justamente a aquellos por quienes Cristo dio satisfacción, etc. Pero, ¿dicen las Escrituras todas o algunas de estas opiniones con la sencillez con la dice que Cristo murió por todos y por cada hombre? ¿Dice claramente en alguna parte que Él no murió por todos? ¿Dice que hace excepción de un hombre, y que Cristo no murió por él? ¿Dice en alguna parte que ÉL murió solamente por Sus ovejas o por Sus elegidos y que excluye a los no elegidos? No hay tal palabra en toda la Biblia; ¿no deberían estar las verdades ciertas y los textos claros por sobre los puntos inciertos y los textos oscuros? (Richard Baxter, Universal Redemption of Mankind, p.282-283).

 

Richard Baxter aplica luego hábilmente estos principios al caso en cuestión:

 

Quisiera preguntar a cualquiera, ¿creerías que Cristo murió por todos los hombres si las Escrituras lo dicen claramente? Si lo hicieras, dime, ¿qué palabras encontrarías o desearías que fueran más claras que las que son usadas aquí? ¿No es suficiente que Cristo es llamado el Salvador del Mundo? Dirás, ¿pero lo es de todo el mundo? Sí, dice que ÉL es la propiciación por los pecados de todo el mundo. Dirás, ¿pero no es para todos los hombres del mundo? Si, dice que Él murió por todos los hombres, como también por todo el Mundo. Pero dirás, ¿no dice que para cada hombre?  Sí, lo dice, Él gustó la muerte por cada hombre. Pero, podrás decir, eso significa por todos los elegidos, si dijera eso de todos los no-elegidos, yo lo creería. Sí, lo dice así de quienes negaron al Señor que los compró, y que traerán sobre sí mismos destrucción repentina. Sin embargo, todo esto parece ser nada para el hombre prejuiciado. [Richard Baxter, Universal Redemption of Mankind, p.286-287. Los versículos aludidos en esta cita son Juan 4:42; 1 Juan 2:2; 1 Timoteo 2:4-6; Hebreos 2:9; 2 Pedro 2:1]

 

Conocí a un hombre que no estaba comprometido con la creencia que Cristo murió por todos los hombres y que, sin embargo, hizo esta notable concesión: “Si Cristo murió por todos los hombres, no sé cómo la Biblia podría decirlo aún más claramente”. ¡Cuán cierto! Este mismo hombre, más adelante, adoptó la doctrina de la expiación ilimitada porque no podía negar las claras y llanas afirmaciones de las Escrituras.

 

Para un análisis más amplio acerca de la importancia de la interpretación literal ver el siguiente estudio: ¿Interpretas la Biblia Literalmente? -- Seis Pruebas para Comprobarlo.

 

 

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