¿Es
Realmente Importante?
Cuántas
veces escuchamos decir a la gente algo como ésto:
“Hay
muchas religiones en el mundo y hay muchos caminos para llegar a Dios. Algunos
llaman a Dios ‘Alá’ y otros lo llaman ‘Jehová’ y otros por muchos otros
nombres, pero hay solo UN DIOS, no importa bajo qué nombre se dirijan a ÉL.
Todas las religiones tienen la misma finalidad, es decir llegar a Dios y no
importa tanto lo que la persona crea, mientras sea sincera y crea en su corazón
que está haciendo bien. Finalmente, todos llegaremos al mismo lugar.”
Los
terribles ataques terroristas que asolaron a nuestra nación el 9/11 silenciaron
para siempre ese pensamiento. ES MUY IMPORTANTE LO QUE UNA PERSONA CREE, y las
miles de víctimas del 11 de Septiembre atestiguan este hecho. Un arraigado
sistema de creencias llevó a este ataque. Estos hombres eran muy sinceros en
sus creencias. Ellos estaban totalmente dedicados a Alá, hasta el punto de
sacrificar sus propias vidas. Otros musulmanes podrán calificarlos como
extremistas, pero ellos mismos no se consideraban extremistas. Ellos creían que
estaban siguiendo fielmente las enseñanzas de Mahoma, tal como están escritas
en el Corán. Ellos creían de todo corazón que una vez que cumplieran su misión,
ellos llegarían al cielo para disfrutar para siempre de placeres sensuales,
recibiendo de su Dios un BIEN HECHO.
De modo
que la próxima vez que alguien te diga que no importa lo que creas sobre la
religión en tanto que seas sincero, recuérdales el 9/11 y que es crucialmente
importante que una persona crea lo correcto sobre Dios y el camino para llegar
a Dios y lo que una persona tiene que hacer para llegar al cielo (Juan 14:6;
Hechos 4:12; Hechos 16:31).
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¿Importa
algo si un farmacéutico sincero pone un remedio
equivocado en el frasco?
¿Importa
algo si un cirujano cree sinceramente que ha operado
un riñón cuando en realidad ha removido el hígado?
¿Importa
algo que una mujer coma callampas venenosas,
aunque ella piensa que son muy nutritivas?
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Una de las
enseñanzas religiosas más difundidas, pero falsas, de hoy es que hay muchos
caminos a Dios. Si los hombres son sinceros, se nos dice, no importa por el
camino que anden—al final todos alcanzarán el mismo destino.
Hablando a
una gran audiencia sobre los eternos propósitos de Dios en relación al hombre,
un nacionalmente conocido educador citó un pasaje del Antiguo Testamento que dice
que Dios creó al hombre para Su propia gloria, diciendo que este propósito no
puede malograrse. Todos los hombres, dijo, son hermanos, y en la última gran asamblea,
ni los más descarriados estarán ausentes.
El
conferenciante describió un hermoso palacio que estaba en un jardín encantador.
Había una sola entrada al castillo, aunque había muchos caminos que desde todas
las direcciones llevaban allí. Multitudes de peregrinos andaban por estos
caminos. Muchos trepaban por tortuosas huellas montañosas; otros seguían
senderos menos rocosos; algunos, con cantos y risas, atravesaban por suaves caminos bordeados de flores. Pero todos,
finalmente, llegaban a las puertas del palacio y entonces no importaba que
algunos encontraran que el viaje hubiera sido duro y doloroso, porque todos los
sufrimientos del camino fueron olvidados en su total y completa alegría.
Este
cuadro es hermoso – pero no es verdadero.
Puesto que
solamente por revelación divina podemos descubrir el camino a Dios, para buscar
dirección, debemos volvernos a la Biblia, y no a la imaginación del hombre.
Jesús, el
Cristo, describe dos caminos que están abiertos para el hombre. Uno es un
camino angosto y recto, que lleva a Dios y a la vida eterna. El otro es un
camino ancho y fácil, que lleva a la perdición. En este camino ancho hay muchos
viajeros, disfrutando la compañía de sus camaradas y pensando poco acerca de su
destino. En el camino angosto hay pocos peregrinos, pero un brillo celestial
ilumina su sendero.
Nuestro
Señor lo dijo de esta manera: “Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es
la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que
entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a
la vida, y pocos son los que la hallan” (Mateo 7:13-14).
Jesús es
el camino (Juan 14.6); el único camino (Hechos 4:12).
(La última parte ha sido copiada de un tratado publicado por American Tract Society).
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