L a  V i d a   C r i s t i a n a.

 

Y CÓMO DEBE VIVIRSE.

 

“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas

vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne , lo vivo en la

fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí”.

(Gálatas 2:20).

 

Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en

vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no

yo, sino la gracia de Dios conmigo” (1 Corintios 15:10).

 

 

Es esencial que cada creyente examine con diligencia  las Escrituras para ver lo que Dios enseña

respecto a la vida cristiana y cómo ha de ser vivida. Se sostienen hoy en día varias enseñanzas equivocadas, como la que dice que el creyente está bajo la ley como regla de vida y como medio de santificación. Scofield se opuso a esta falsa enseñanza en su nota que se encuentra bajo Gálatas 1:6, “La prueba del evangelio es gracia. Si el mensaje excluye la gracia, o mezcla la ley con la gracia como el medio de la justificación o santificación  (Gálatas 2:21; 3:1-3), o niega el hecho o la culpa del pecado, lo cual es lo único que da a la gracia ocasión y oportunidad de actuar, entonces es “otro” evangelio, y el predicador está bajo el anatema de Dios”.

 

El Señor Jesucristo es nuestra VIDA. “Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios” (Romanos 7:4). Por la gracia de Dios hemos sido unidos a Cristo en una admirable unión. Quiera el Señor abrir nuestros ojos para ver estas cosas.

Los siguientes pasajes, ordenados en varias categorías, pueden ser de ayuda para discernir la vida cristiana, de qué se trata y como ha de ser vivida. La enseñanza de las epístolas del Nuevo Testamento es muy clara. Quiera Dios ayudarnos a entender estas cosas.

 

1)  LA VIDA CRISTIANA ES NADA MENOS QUE LA VIDA DE CRISTO.

 

Yo soy la vid, vosotros los pámpanos” (Juan 15:5).

“…a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva” (Romanos 6:4).

Cristo vive en mí” (Gálatas 2:20).

“Porque para mí el vivir es Cristo (Filipenses 1:21).

“Cristo en vosotros, la esperanza de gloria…cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria” (Colosenses 1:27; 3:3-4).

“Para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos….para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal”  (2 Corintios 4:10-11).

“Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros” (Gálatas 4:19).

La vida cristiana es Cristo manifestando y desarrollando Su vida en el creyente.

2) EL DESARROLLO DE LA VIDA DE CRISTO ES REALIZADO POR EL PODER DEL ESPÍRITU SANTO RESIDENTE.

 

“Porque mora con vosotros, y estará en vosotros (Juan 14:17).

“Él dará testimonio acerca de mí…Él me glorificará” (Juan 15:26; 16:14).

“Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo” (Hechos 1:8).

“Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos” (Hechos 4:33).

”Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte” (Romanos 8:2).

“Para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu” (Romanos 8:4).

“Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne” (Gálatas 5:16).

“Para que sepáis…cual es la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza” (Efesios 1:18-19).

“Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros” (Efesios 3:20).

 

3) LA DINÁMICA DE LA VIDA CRISTIANA ES DIOS OBRANDO PODEROSAMENTE EN MÍ.

 

“A fin de que nadie se jacte en su presencia” (1 Corintios 1:29; también en el versículo 30 leemos que Jesucristo es mi santificación).

“Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” (Efesios 2:10).

 

“Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale nada, ni la incircunsición, sino una nueva creación” (Gálatas 6:15).

Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad” (Filipenses 2:13).

“Porque separados de mí, nada podéis hacer (Juan 15:5).

“Para lo cual también trabajo, luchando según la potencia de él, la cual actúa poderosamente en ” (Colosenses 1:29).

“Os haga aptos en toda buena obra para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén” (Hebreos 13:21).

 

 

4) LA VIDA CRISTIANA ESTÁ BASADA EN LA OBRA ACABADA DE JESUCRISTO.

 

La clave no está en lo que yo hago, sino en lo Jesucristo ya ha hecho.

 

Todos sabemos que esto es cierto en cuanto a nuestra salvación. Descansamos en la obra acabada de Cristo. Cuando se trata de la vida cristiana, muchos creyentes dejan de hacer eso. Jesucristo ha hecho la obra. Necesitamos simplemente creerlo y mantenerlo.

 

“Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado” (Romanos 6:6). La crucifixión de nuestro viejo hombre no es algo que nosotros debamos hacer. Es algo que ya fue hecho, hace como 2000 años atrás.

 

“Con Cristo estoy juntamente crucificado” (Gálatas 2:20—es un hecho realizado, consumado).

 

“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2 Corintios 5:17). No se nos dice que seamos nuevas criaturas. Este no es un mandamiento que debe ser obedecido, sino un hecho que debe ser creído.

 

“No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno” (Colosenses 3:9-10). Note que Pablo no dice que nos despojemos del viejo hombre y nos revistamos del nuevo (aunque él nos lo dice en Efesios capítulo 4). En Colosenses capítulo 3 el énfasis es sobre la verdad posicional y Pablo dice que despojarse del viejo hombre no es algo que el creyente debe hacer, porque ya fue hecho. HABIÉNDOOS DESPOJADO DEL VIEJO HOMBRE (pasado), esto es un hecho. Por fe debemos sostener los hechos de Dios.

 

 

5) LAS GRANDES VERDADES DE LA IDENTIFICACIÓN.

 

Para ser salvo, creí en el glorioso hecho que Jesucristo murió y resucitó por mí. Para vivir la vida cristiana, debo creer en el glorioso hecho de que morí con Cristo y que resucité con Cristo. Ambos hechos, son hechos consumados. La verdad que se relaciona con mi salvación (justificación) implica SUSTITUCIÓN (Cristo murió por mis pecados). La verdad que se relaciona con mi vida cristiana (santificación) implica IDENTIFICACIÓN (yo morí con Cristo). Observe los siguientes versículos que implican IDENTIFICACIÓN:

 

“Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?” (Romanos 6:2).

 

“Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él” (Romanos 6:6).

 

“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo” (Gálatas 2:20).

 

Habéis muerto con Cristo” (Colosenses 2:20).

 

“Porque habéis muerto y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios (Colosenses 3:3).

 

“Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia (1 Pedro 2:24).

 

 

6) AFIRMANDO LOS HECHOS DE LA PALABRA DE DIOS POR FE.

 

Estos hechos son verdaderos en cuanto a todo creyente. La clave para que estos hechos lleguen a ser realidad en nuestra experiencia, es la FE. Mientras más confiemos en estos hechos, tanto más estos hechos llegarán a ser realidad en nuestra experiencia actual. Demasiadas veces nos apartamos de los hechos de nuestra perfecta posición en Cristo y fijamos nuestra vista equivocadamente en nuestra condición de luchas y fracasos. Un creyente dio la siguiente ilustración que puede ser de ayuda: “El Hecho, la Fe y la Experiencia caminaban sobre un muro. El Hecho caminaba resueltamente, sin mirar a la derecha ni a la izquierda y nunca hacia atrás. La Fe lo seguía, y todo iba muy bien mientras mantenía su mirada fija en el Hecho; pero tan pronto como comenzó a preocuparse por la Experiencia y se volvió para ver como andaba, perdió el equilibrio y cayó del muro y la pobre Experiencia cayó tras ella”. La fe es la clave.

 

“Así también vosotros consideraos (cuenten con los hechos) muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro” (Romanos 6:11).

 

“Sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos (Colosenses 2:12).

 

Vivo en la fe del Hijo de Dios el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí” (Gálatas 2:20).

 

“Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircunsición, sino la fe que obra por el amor” (Gálatas 5:6).

 

“Y vemos que no pudieron entrar a causa de incredulidad….Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia” (Hebreos 3:19; 4:11).

 

“Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe (1 Juan 5:4).

 

“MAS EL JUSTO VIVIRÁ POR FE (Hebreos 10:38).

 

 

7) LA VIDA CRISTIANA DEBE CONTINUAR TAL COMO COMENZÓ.

 

“De la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él” (Colosenses 2:6).

 

“Porque por fe andamos, no por vista” (2 Corintios 5:7).

 

“¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe? ¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne?” (Gálatas 3:2-3).

 

“Pues nosotros por el  Espíritu aguardamos por fe la esperanza de la justicia;..Vosotros corríais bien; ¿quién os estorbó para no obedecer a la verdad?” (Gálatas 5: 5-7).

 

“Corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el Autor y Consumador de la fe” (Hebreos 12: 1-2).

 

 

8) TAL COMO EN EL EVANGELIO, ASÍ TAMBIÉN EN LA VIDA CRISTIANA: LA CRUZ DEBE SER CENTRAL.

 

“Pero lejos está de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo” (Gálatas 6:14).

 

Con Cristo estoy juntamente crucificado” Gálatas 2:20).

 

“Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él” (Romanos 6:6).

 

“Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado” (1 Corintios 2:2).

 

“A fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte” (Filipenses 3:10).

 

“Llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos. Porque nosotros que vivimos, siempre estamos entregados a muerte por causa de Jesús” (2 Corintios 4:10-11).

 

“Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos” (2 Corintios 5:14-15).

 

“De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo: pero si muere, lleva mucho fruto. El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará” (Juan 12:24-25).

 

“Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios” (Colosenses 3:3).

 

“Puesto que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también armaos del mismo pensamiento” (1 Pedro 4:1).

 

9) EL CRISTIANO NO ESTÁ BAJO LA LEY COMO REGLA DE VIDA Y EL CRISTIANO NO ESTÁ BAJO LA LEY COMO MEDIO DE SANTIFICACIÓN.

 

“Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia” (Romanos 6:14 y ver el versículo 15).

 

“”Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe? ¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne?” (Gálatas 3:2-3).

 

“Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley” (Gálatas 5:18).

 

“El justo por la fe vivirá; y la ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas” (Gálatas 3:11-12).

 

La ley no puede dar vida. La ley no puede hacer santa a una persona. No puede santificar. No es que la ley sea el problema (Romanos 7:12), sino que los hombres pecadores no pueden cumplirla (Romanos 7:14). Los que se colocan bajo la ley experimentarán esclavitud, porque el pecado tendrá dominio sobre ellos (compare Romanos 6:14). Jesucristo es nuestra regla de vida: “Porque para mí el vivir es Cristo” (Filipenses 1:21). Nuestras luchas en la carne y nuestros esfuerzos por guardar la santa ley de Dios solo pueden terminar en fracaso. ”Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte” (Romanos 8:2). La ley nunca puede ser cumplida por nosotros, pero puede ser cumplida EN NOSOTROS por el poder y la obra de Dios, apropiados por fe: “Para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu” (Romanos 8:4). La salvación es “por gracia mediante la fe” y también lo es la santificación.

 

 

10) LA VIDA CRISTIANA LO DEBE TODO A LA GRACIA DE DIOS.

 

“A fin de que nadie se jacte en su presencia” (1 Corintios 1:29).

 

“Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo” (1 Corintios 15:10).

 

“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe…Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas…..

Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale nada, ni la incircunsición, sino una nueva creación. Y a todos los que anden conforme a esta regla, paz y misericordia sea a ellos, y al Israel de Dios” (Efesios 2:8-10; Gálatas 6:15-16).

 

“¿Qué pues? ¿Pecaremos porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera” (Romanos 6:15 y ver el versículo 14).

 

“Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente” (Tito 2:11-12).

 

“Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra” (2 Corintios 9:8).

 

Su gracia es suficiente para ti” (2 Corintios 12:9).

 

“Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús” (2 Timoteo 2:1).

 

“Pablo y Barnabás….les persuadían a que perseverasen en la gracia de Dios” (Hechos 13:43—no somos solamente salvos por gracia, sino debemos continuar en la gracia. La vida cristiana debe continuar tal como empezó).

 

“Para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro” (Romanos 5:21).

 

“Así, pues, nosotros, como colaboradores suyos, os exhortamos también a que no recibáis en vano la gracia de Dios” (2 Corintios 6:1).

 

“No desecho la gracia de Dios (Gálatas 2:21; y ver Gálatas 5:4 y Hebreos 12:15).

 

“Antes bien, creced en la gracia” (2 Pedro 3:18).

 

Gracia significa que Dios recibe todo el reconocimiento. Es Su salvación. Es Su VIDA. Es Su obra. Es Su poder. A Dios sea la gloria. Digno es el Cordero. Que Cristo sea magnificado en nuestros cuerpos (Filipenses 1:20). Que la hermosura del Señor Dios repose sobre nosotros. Que Cristo sea formado en nosotros (Gálatas 4:19). Que Su fruto sea para Su gloria (Filipenses 1:11). Que seamos trofeos de Su gracia (Efesios 2:7). CUÁN GRAN DEUDOR SOY DIARIAMENTE A LA GRACIA. “Por la gracia de Dios soy lo que soy” (1 Corintios 15:10). “Para que, como está escrito: el que se gloría, gloríese en el Señor” (1 Corintios 1:31).