La Posición y la Condición del Creyente.
La Posición del Creyente.
Todo creyente tiene por gracia una maravillosa posición: “Por quien también tenemos entrada por la fe a esta __________ en la cual estamos ___________, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios” (Romanos 5:2).
La posición del creyente tiene que ver con su estado legal como hijo de Dios, como Dios lo ve en Cristo. Está relacionado con todo lo que es cierto acerca del creyente por cuanto es salvo por gracia.
Es necesario tomar nota de lo siguiente acerca de la POSICIÓN del creyente en Cristo:
La Condición del Creyente.
Es importante hacer una cuidadosa distinción entre la POSICIÓN del creyente y la CONDICIÓN del creyente. ¿Qué es la CONDICIÓN del creyente?
Cuando hablamos de la CONDICIÓN del creyente, nos estamos refiriendo a su actual estado espiritual o al estado en que se encuentra en algún período de tiempo. Tiene que ver con el ANDAR del creyente, con la manera en que el creyente vive y se conduce. Su condición depende de varios factores, tales como si confía o no confía en el Señor, si permanece o no permanece en Cristo, si obedece la Palabra de Dios o no, etc.
Note el contraste entre Hebreos 10:14 y Filipenses 3:12 cuando se trata de la perfección cristiana. Hebreos 10:14 ¿se refiere a la posición o a la condición del creyente? ______________. Filipenses
3:12 ¿se refiere a la posición o a la condición del creyente? _________________.
Tenga a bien observar lo siguiente en cuanto a la condición del creyente:
1. Mi condición está muy lejos de la perfección.
“Porque _________ ofendemos ___________ veces” (Santiago 3:2). “Si decimos que no tenemos _____________, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros” (1 Juan 1:8).
2. Mi condición puede mejorar o empeorar.
Lea Gálatas 5:7. ¿Mejoraba o empeoraba la condición de los gálatas? __________________. Lea 1 Tesalonicenses 4:1. Pablo estaba animando a los tesalonicenses a progresar en su condición y su caminar con Dios y a agradar a Dios cada vez más.
3. Mi condición no es igual a la de todo otro hijo de Dios.
Algunos creyentes andan firmemente en el Espíritu; otros andan muchas veces en la carne. Algunos son carnales y otros son espirituales. Algunos confían en Dios; otros confían en SÍ mismos.
Preguntas: Romanos 5:1 (paz con Dios), ¿se refiere a la POSICIÓN o a la CONDICIÓN? ________
__________ ¿Todos los creyentes tienen “paz con Dios”? _____. Filipenses 4:6-7 (“paz de Dios”), ¿se refiere a la POSICIÓN o a la CONDICIÓN? __________________ ¿Todos los creyentes disfrutan de la “paz de Dios” (libertad de preocupación, libertad de ansiedad, etc.)? _______
La diferencia entre la POSICIÓN y la CONDICIÓN también puede describirse como la diferencia entre POSICIÓN y PRÁCTICA. Dios ha bautizado al creyente en Jesucristo y ha posicionado al creyente en Su Hijo. En cuanto a nuestra POSICIÓN estamos “EN CRISTO”.—“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas “ (2 Corintios 5:17).
Somos nuevas criaturas en Cristo (esta es nuestra POSICIÓN), pero ¿VIVIMOS como nuevas criaturas (esto tiene que ver con nuestra PRÁCTICA)? Considere el ejemplo del PRÍNCIPE Y EL MENDIGO. El príncipe vivía como un mendigo (una persona muy pobre). Según su posición era un príncipe, el hijo de un rey. Pero en su condición era un mendigo. Era un príncipe, pero no vivía como tal. No vivía principescamente.
“Un príncipe, mientras es un niño pequeño, presumiblemente es tan voluntarioso e ignorante como otros niños pequeños. A veces puede ser muy obediente y dócil y afectuoso, y entonces está contento y es aprobado. Otras veces es intranquilo, porfiado y desobediente, y entonces se siente triste, y quizás es castigado—pero igualmente es un príncipe, tanto en un día como en el otro. Se espera que, con el paso del tiempo, aprenda a someterse voluntariamente al camino recto y entonces será más principesco, pero no será realmente más príncipe. El nació príncipe.(C.I.Scofield, Trazando bien la Palabra de Verdad).
También podemos hablar de la diferencia entre el LLAMAMIENTO del creyente y el CAMINAR del creyente. 1 Tesalonicenses 4:1, ¿se refiere al llamado santo o al andar santo? _______________
_________. 1 Tesalonicenses 4:7, ¿se refiere al andar santo o al llamado santo? ___________________________. Vea 2 Timoteo 1:9—“quien nos salvó y llamó con _______________ ________, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos.” Todo creyente ha sido llamado con un LLAMAMIENTO SANTO. Hemos sido llamados a ser SANTOS.
“Yo pues, preso en el Señor, os ruego que __________ como es _________ de la ______________ (llamado) con que fuisteis llamados (Efesios 4:1). Debemos tener un ANDAR que sea digno de nuestro LLAMAMIENTO. Un caminar santo debe equiparar un llamamiento santo. Los que han sido LLAMADOS a ser santos deben vivir santamente.
Lea 1 Corintios 1:2,8; 6:11; 2 Corintios 5:17. ¿Cómo describiría la POSICIÓN de los corintios? ____________________________________________________________
Lea 1 Corintios 3:1-4. ¿Cómo describiría la CONDICIÓN (estado) de los corintios? _____________
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Todo creyente tiene una gloriosa posición en la gracia de Dios, ha sido posicionado en el Hijo de Dios, es un hijo de Dios, es un santo del Dios Altísimo, ha sido sentado en lugares celestiales en Cristo y ha sido llamado a santidad. Esta es nuestra más excelente POSICIÓN y SITUACIÓN.
Uno de los principios más importantes de nuestra vida cristiana es: nuestro andar (condición) debe estar de acuerdo con nuestra posición. Por fe debemos ver nuestra posición (como Dios nos ve EN CRISTO) y ANDAR DE ACUERDO A ELLA.
Considere Efesios 5:8—“Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois ______ en el Señor; _________ como _________ de _______”. De acuerdo a este versículo, ¿cual era la POSICIÓN de los creyentes de Efeso? ____________________________. ¿Cómo debían andar? ___________________________.
Pablo los estaba exhortando de la siguiente manera: SEAN LO QUE SON. Eres un hijo de luz. Anda de acuerdo a ello. Vea Efesios 5:3. Los efesios creyentes eran santos. ¿Cómo debían andar entonces? ___________________________. Santos deben vivir santamente.
Por fe debo verme como Dios me ve. Necesito ver mi posición en Cristo, y luego vivir conforme a ello. Considere Gálatas 5:25. Escriba la parte del versículo que tiene relación con la POSICIÓN de todo creyente (algo que es cierto de todo creyente) _____________________________. Escriba la parte que tiene relación con la CONDICIÓN (ESTADO) del creyente (algo que debería ser cierto de todo creyente) _______________________________.
Aceptos en el Amado.
Considere el ejemplo de nuestra ACEPTACIÓN delante de Dios. Efesios 1:6 dice:” Para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo ______________ en el Amado”. Dios nos ha aceptado con benevolencia. ÉL nos ha favorecido. ÉL se deleita en nosotros. ÉL nos acepta libre y totalmente. (Nota: la palabra “aceptado” viene de la palabra “gracia”. Significa que Dios nos ha agraciado en el Amado. En otras palabras, Dios nos ha favorecido grandemente en Cristo. La misma palabra se usa respecto a María en Lucas 1:28-“muy favorecida”).
Somos ACEPTOS “en el Amado”. Esta frase debería recordarnos Mateo 3:17 (el bautismo de Cristo) y Mateo 17:5 (la transfiguración de Cristo)—“Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia”. Dios se complace en Su Hijo. Dios se deleita en Su Hijo. Jesús dijo:”Yo hago siempre lo que le _________________” (Juan 8:29). Como creyente, estoy EN CRISTO. Y por cuanto estoy EN EL AMADO, Dios se complace conmigo. Tengo amplia aceptación con Dios. Para que Dios me desaprobara, tendría que desaprobar a Su Hijo. Para que Dios estuviera disgustado conmigo, tendría que estar disgustado con Su Hijo.
Efesios 1:6, ¿describe la POSICIÓN o la CONDICIÓN del creyente? ________________. ¿Esto es algo que es cierto en cuanto a todo creyente? ______.
El creyente tiene total aceptación, completa aceptación, eterna aceptación. Dios está complacido conmigo. ¿He aceptado esta realidad? Dios se complace en mí porque yo estoy en Su Hijo amado. ¿He reclamado ese hecho por fe? ¿Me regocijo en esta verdad? ¿Me veo a mí mismo como alguien que es la constante delicia del corazón del Padre? ¿Por qué es esto así? No es por quien yo soy o por lo que yo he hecho. Es solamente por Jesucristo y porque Dios en Su gracia me ha posicionado en el Hijo de Su amor, el Hijo en quien ÉL se deleita.
Cerca, tan cerca de Dios, Más cerca no podría estar; Porque en la Persona del Hijo de Dios Estoy tan cerca como ÉL.
Querido, tan querido para Dios, Más querido no podría ser; El amor con el que ama a Su Hijo, Con el mismo amor me ama a mí.
Catesby Paget.
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¿Le Agrado Yo a ÉL?
Sin embargo, hay otro aspecto en nuestra aceptación. “Por tanto procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables” (2 Corintios 5:9). En Efesios 1:6 Pablo afirma el maravilloso HECHO que todo creyente está aceptado en el Amado. En 2 Corintios 5:9 leemos algo diferente, porque dice que el creyente puede o no puede ser acepto o agradable al Señor. Pablo dice, “es nuestra ambición, nuestra meta, nuestro deseo ser agradables a ÉL”. ¿Este versículo (2 Corintios 5:9), habla de la POSICIÓN o de la CONDICIÓN del creyente? __________________.
En cuanto a su POSICIÓN, ¿puede un creyente dejar de ser agradable a Dios? _____ En cuanto a su CONDICIÓN, ¿puede un creyente dejar de ser agradable a Dios? ______.
Alguien podría decir, “Estoy en Cristo y estoy EN EL AMADO, por lo tanto siempre soy agradable a Dios. Yo le agrado siempre, porque Él siempre me ve en Cristo”. En cierto sentido esto es verdad. Así es como Dios ve la posición del creyente, pero Dios también ve la condición y el andar diario del creyente, que puede o no puede serle agradable.
Debemos hacer que nuestra condición sea coherente con nuestra posición: “Señor, soy acepto en el Amado, soy agradable a Ti por causa de Jesucristo y me regocijo en este hecho, y deseo agradarte en todo lo que hago. Necesito ser lo que soy. Soy agradable a Dios y quiero ser eso. Dios se complace en mí, y quiero ser Su delicia en la manera en que camino y hablo. Tengo sobre mí la mirada de aprobación de Dios porque estoy en Su Hijo, y deseo andar de tal forma que nunca te vea fruncir el entrecejo”. Nuestra POSICIÓN debe ser la base de nuestra PRÁCTICA.
Debemos permitir que el HECHO de nuestra total aceptación sobrepase el SENTIMIENTO de nuestra falta de aprobación. No fije su vista en todas las veces que no ha complacido a Cristo, sino confiese sus pecados (1 Juan 1:9), déjelos en la cruz y fije sus ojos en el hecho de que en Cristo usted agrada al Padre y que es la delicia de Su corazón. Luego actúe sobre esa base. Permita que el HECHO de su posición anime y aliente su corazón.
Mientras más reclamemos por fe los HECHOS de nuestra posición, más reflejaremos nuestra posición en nuestra práctica. Por FE me veo como una nueva criatura en Cristo (2 Corintios 5:17);
me aferro a este HECHO y por FE camino más y más como una nueva criatura. La meta es que mi CONDICIÓN se asemeje a mi POSICIÓN. “El estudiante no dejará de observar que en el orden Divino, bajo la gracia, es dar primero la más elevada posición posible y luego exhortar al creyente a sostener un estado en conformidad con ella. El mendigo es alzado del polvo y puesto entre príncipes (cual en 1 Samuel 2:8), y luego se le exhorta a portarse como un príncipe” (C.I.Scofield-Trazando Bien la Palabra de Verdad).
El problema es que muchas veces fijamos nuestra vista en nuestra CONDICIÓN en vez de en nuestra POSICIÓN. Nos desanimamos mucho cuando nos enfocamos en la manera en que hemos estado viviendo y en la manera en que hemos andado. Pensamos que nuestros fracasos son todo lo que un creyente puede ser. Mientras más miramos hacia nuestro estado y condición, más desanimados estaremos. Nos sentiremos un fracaso. Debemos en cambio fijar nuestra vista en NUESTRA POSICIÓN en Cristo: “Soy un hijo de Dios. Soy acepto en el Amado. El Espíritu de Dios mora en mí. He sido llamado a santidad. Soy un santo. Soy una nueva creación en Cristo. Tengo el completo perdón de todos mis pecados. Tengo paz con Dios. Estoy tan agradecido por todo lo que Dios ha hecho por mí. PERMITA QUE LOS HECHOS DE SU POSICIÓN SOBREPASEN LOS SENTIMIENTOS DE SU CONDICIÓN.
Mientras más nos centremos en los HECHOS de nuestra posición, más animados nos sentiremos. Nos veremos como Dios nos ve EN CRISTO. Nos regocijaremos por lo que SOMOS en Cristo. Antes de involucrarnos en alguna actividad, podemos detenernos y decir, “Soy un santo. Soy un siervo del Dios Altísimo. Soy un ciudadano del cielo. Soy un hijo del Rey. Necesito vivir de acuerdo a ello, capacitado con la fuerza y el poder de Dios.
Un día mi condición y mi posición serán iguales. Llegará el día en que mi PRÁCTICA corresponderá perfectamente a mi POSICIÓN. No seré solo un santo, sino viviré santamente todo el tiempo. No seré solo una nueva criatura, sino que viviré siempre como tal. Tendré un andar perfecto que se ajustará a mi perfecta posición. No tendré solo una posición en los cielos, sino en mi condición estaré allí. No seré solo un ciudadano del cielo, sino que estaré en el cielo, viviendo una vida celestial con todos los santos de Dios. Vivamos practicando hoy, lo que seremos algún día.
Una Ilustración Personal de William MacDonald.
Permítame ilustrar como la distinción entre la posición y la condición me ayudó en un período difícil de mi vida. Después de ser salvo, solía escuchar a las personas citar 2 Corintios 5:17 cuando daban testimonio: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”.
Hablaban de la maravillosa transformación que había tenido lugar en sus vidas—como todas las cosa viejas habían pasado y todas las cosas se habían vuelto nuevas. Yo estaba sentado allí y pensaba, “yo desearía poder decir que todas las cosas viejas pasaron en mi vida y que todas las cosas son nuevas”. Pero no era así. Aún tenía algunos de los hábitos viejos, algunos malos pensamientos, exhibiciones de rabia, y varias otras manifestaciones de los días anteriores a mi conversión. A veces dudaba de mi conversión.
Entonces un día reparé en la frase “en Cristo”, y mi corazón dio un salto de alegría. Me di cuenta que esa frase se refería a mi posición—no a mi práctica. Y por supuesto, “en Cristo” todo era la verdad. En ÉL todas las cosas viejas han pasado ciertamente—condenación, el dominio de Satanás, el temor a la muerte, y así sucesivamente. En Él todo era nuevo—perdón, aceptación, justificación, santificación, y una multitud de otras bendiciones. Desde ese momento, este versículo ya no me aterroriza. Me encanta. Y el conocimiento de lo que soy en Cristo me hace desear vivir para ÉL como el Señor de mi vida.
Tomado de ‘Esta es la diferencia’ de William MacDonald. |