La Resurrección de

Jesucristo

 

 

 

 

¿Cómo Explicas la Tumba Vacía?

 

La Resurrección de Cristo

 

 

La tumba estaba vacía. El cuerpo sin vida del Cristo crucificado fue puesto en una tumba nueva, una gran piedra fue rodada hasta la única entrada de la tumba, y el sepulcro fue guardado por soldados romanos (Mateo 27:62-66). ¿Cómo explicamos el hecho de que al tercer día esta tumba se encontró vacía? Ni siquiera el Mago Houdini podría haber salido de ella.

 

La resurrección de Cristo es uno de los eventos de la historia más sólida y minuciosamente documentados. Hubo numerosos testigos oculares que vieron al Cristo resucitado. Ver 1 Corintios 15:1-8 donde se da una lista de diferentes personas que vieron vivo al Señor después de Su muerte, incluso, en una ocasión lo vieron más de 500 personas (v.6). Si a un jurado imparcial se le presentaran todas las evidencias, incluyendo una abundancia de testigos oculares, los miembros del jurado se verían obligados a concluir que Cristo se levantó nuevamente de los muertos. Los hechos del caso confirman abrumadoramente esta conclusión.

 

La resurrección de Cristo es el fundamento del Cristianismo. Si alguien pudiera comprobar que la resurrección nunca ocurrió, eso destruiría el Cristianismo y lo haría una religión falsa y una mentira. Cualquiera que quiera considerar las afirmaciones del Cristianismo debería comenzar con la tumba vacía. Si Cristo no resucitó de los muertos, ¿cómo explicas la tumba vacía?

 

George Lyttelton (1709-1773) era un famoso escritor y estadista inglés que vivió durante el período en que el racionalismo, el agnosticismo y el deísmo eran muy prominentes en la Europa occidental. Poco antes de morir, él dijo a su amigo y biógrafo, Dr. Samuel Johnson: “Cuando salí al mundo por primera vez, yo tenía amigos que se esforzaron en hacer tambalear mi fe en la religión cristiana. Yo vi dificultades que me dejaron perplejo…”

 

George Lyttelton y su amigo Gilbert West estaban totalmente persuadidos de que la Biblia no era fidedigna. Ellos estaban decididos a poner al descubierto que el Cristianismo era un engaño. Lord Lyttelton escogió la Conversión de Pablo y el señor West la Resurrección de Cristo como objetivos de su hostil criticismo. Ambos acometieron su respectiva tarea llenos de prejuicios. Sin embargo, el resultado de sus indagaciones fue que ambos fueron convertidos a través de sus esfuerzos de demoler la verdad del Cristianismo. Volvieron a reunirse, no como esperaban, para  regocijarse por haber descubierto la ridícula impostura, sino para lamentar su propia necedad y para felicitarse mutuamente por su convicción compartida de que la Biblia era la Palabra de Dios. Sus indagaciones dieron lugar a dos de los más valiosos tratados a favor de la revelación, uno titulado  “Observaciones sobre la Conversión de Pablo” y el otro “Observaciones sobre la Resurrección de Cristo”. [Otro ejemplo de un escéptico transformado como resultado de examinar la evidencia es el caso de Lew Wallace, el autor de Ben Hur.  Wallace era amigo del famoso incrédulo Robert Ingersoll. Un día Ingersoll lo desafió, “Lew, ¿por qué no escribes un libro y demuestras al mundo de una vez por todas que Jesucristo no es más que una figura mítica, y en ningún caso el Hijo de Dios?” Wallace gastó mucho tiempo y dinero investigando cada fragmento de evidencia que pudiese encontrar y sus conclusiones fueron muy diferentes de lo que Ingersoll había esperado, como todo lector de Ben Hur sabe.]

 

¿Has considerado alguna vez seriamente la resurrección de Cristo? ¿Cómo explicas la tumba vacía? Algunos, como el señor West, no creen en la resurrección y la ridiculizan. ¿Pero alguna vez se han sentado, como después hizo el señor West, y examinaron los documentos históricos y vieron por sí mismos la cantidad de evidencia que señalan el hecho de que Aquel que fue crucificado resucitó nuevamente? La mayoría de la gente ni siquiera se molesta en examinar los registros y en evaluar la evidencia.

 

Supongamos que un líder religioso o político de hoy comenzara a hacer el siguiente anuncio por radio: “Quiero que todos sepan que cuando vaya a Londres, mis enemigos me asesinarán, mi cuerpo será sepultado, pero en menos de una semana volveré de los muertos y cientos de personas me verán.” ¡Qué predicción tan extraordinaria! Y, sin embargo, el Señor Jesús hizo esta clase de declaraciones repetidas veces durante Su ministerio en la tierra (ver Mateo 16:21; 17:9; 17:22-23; 20:18-19; 26:32; etc.).

 

Es importante notar que Cristo fue visto por toda clase de personas en diferentes ocasiones y en diferentes circunstancias. En una ocasión ÉL apareció a una sola persona; en otra ocasión ÉL apareció a dos personas. Varias veces Cristo fue visto por siete o más personas. En una ocasión hubo más de 500 personas que vieron al Cristo resucitado (1 Corintios 15:6). De los que vieron al Señor resucitado, algunas eran mujeres y otros eran hombres. Uno fue un cobrador de impuestos, otros eran pescadores, uno fue un escéptico (Tomás) y otro había negado recientemente a Cristo (Pedro) y otro era un enemigo del Cristianismo (Saulo de Tarso).

 

El Señor resucitado fue visto también en toda clase de circunstancias. Algunos lo vieron en un jardín, otros lo vieron en una habitación, otros hablaron con ÉL en un camino, y otros comieron con Él junto al Mar de Galilea. ÉL apareció más de una vez en Judea y más de una vez en Galilea y una vez se apareció al norte de Galilea, cerca de Damasco (Hechos 9). Algunos se encontraron con ÉL en una montaña; algunos lo vieron al amanecer, otros al medio día y otros en la noche. Después de Su muerte, ÉL fue visto vivo por un período de 40 días (Hechos 1:3). Un médico del primer siglo afirmó la certeza de la resurrección como comprobada, por las apariciones de Cristo después de la resurrección cuando dijo esto: “ÉL (Jesús), después de haber padecido (la muerte)  se presentó vivo con muchas pruebas indubitables” (Hechos 1:3).

 

Los que niegan la resurrección han tratado en vano de presentar explicaciones satisfactorias acerca de por qué la tumba estaba vacía. Diferentes personas han sugerido las siguientes teorías indefendibles (excepto la #5 que es pura tontería):

 

1) Los discípulos robaron el cuerpo de Jesús.

 

Primero que nada, ¿cómo podrían haber obviado a los soldados romanos que vigilaban la tumba y cómo podrían haber movido la gran piedra que aseguraba la entrada de la tumba? Pero aún más significativo es ésto: si los discípulos hubiesen robado el cuerpo, ellos habrían sabido que Jesús estaba muerto. ¿Por qué entonces salieron a predicar osadamente que ÉL resucitó nuevamente? La mayoría de ellos fueron muertos por este mensaje que predicaban. Rara vez los hombres ponen sus vidas por algo que saben que es falso o que es una mentira.

 

2) Las mujeres fueron a la tumba equivocada y la encontraron vacía.

 

Si hubiesen cometido tal equivocación, es seguro que las autoridades rápidamente les habrían llamado la atención sobre este hecho. Si los enemigos del Cristianismo hubiesen sabido dónde estaba el cuerpo, ¿no lo habrían mostrado? Esto habría comprobado de una vez por todas que la resurrección era una falsedad. Todo lo que tenían que hacer era mostrar el cuerpo, pero nunca lo hicieron.

 

3) La gente que aseguró haber visto a Cristo, en realidad tuvo alucinaciones y visiones. Ellos creyeron haber visto a Cristo, pero realmente no lo vieron.

 

Esto podría corresponder a uno o dos casos aislados, pero es imposible que en una oportunidad 500 personas estuvieran todas afectadas de alucinaciones en masa (1 Corintios 15:6). Nuevamente, esto podría haberse contrarrestado fácilmente mostrando el cuerpo de Jesús.

 

4) Jesús no murió realmente en la cruz, y cuando ÉL fue puesto en la tumba, ÉL aún estaba vivo. Cuando más tarde la gente lo vio vivo, es porque nunca había muerto.

 

Cierta vez leí en un periódico el siguiente recorte: Pregunta: Nuestro predicador dijo en la Pascua de Resurrección que Jesús sólo se desmayó en la cruz y que Sus discípulos lo cuidaron hasta sanarlo. ¿Qué piensa? Respuesta: Castigue a su predicador con un látigo de nueve cuerdas y déle 39 fuertes azotes; abofetéelo varias veces; clávelo a una cruz, déjelo colgando durante seis horas al sol, ábrale el costado con una lanza, envuélvalo en sábanas; póngalo durante muchas horas en una tumba sofocante y vea lo que sucede.

 

5) Vino un OVNI y sacó el cuerpo de la tumba por medio de un dispositivo transportador molecular.

 

 

 

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¿Tienes alguna explicación razonable de por qué la tumba estaba vacía? Yo solamente he encontrado una que concuerda con los hechos y armoniza con toda la evidencia: Jesús resucitó realmente de los muertos, tal como lo declararon los muchos testigos oculares. Uno de esos testigos oculares escribió esto (hablando se sí mismo, aunque usa la tercera persona): “Este es el discípulo que da testimonio de estas cosas; y sabemos que su testimonio es verdadero” (Juan 21:24).